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  • Foto del escritorDaisy

Estar o no estar en RRSS

Actualizado: 27 abr

Hay muchos creadores de contenido cristianos que invitan a salir de las RRSS porque la app es tóxica, adictiva, entre otras cosas. Y al otro lado, tenemos personas que te invitan a quedarte y tienden a ver estas apps o las redes sociales, o incluso el tiempo que pasamos ahí, como inofensivo, justificando el tiempo que pasan en la virtualidad porque “consumen contenido cristiano”, o porque están evangelizando.


Por un tiempo, estas convicciones me hacían sentir culpable. ¿Paso demasiado tiempo en redes? ¿Soy una mala cristiana por eso? O por el contrario, ¿No comparto suficiente contenido de Jesús? ¿Soy una mala cristiana por eso? Pero luego de tanto reflexionar en esto concluí que estas dos alternativas nos llevan a solo dos opciones:


1.- Nos abstraemos de todo

2.- Relativizamos todo


Es importante tomar el valor, peso y complejidad de las redes sociales. No son inofensivas, y creo que es de conocimiento general que hay algoritmos que nos dicen qué consumir, qué buscar, qué leer, qué ver, qué comprar, qué necesitar. Y a su vez, los algoritmos también nos acercan a grupos de personas con nuestros mismos intereses e ideas, y nos alejan de personas/contenido muy distinto a nosotros, segregándonos.


Sin embargo, en sí mismas las redes sociales no son malas, sino que son herramientas de conexión potente, de disfrute, de difusión. Para las generaciones actuales, incluso se han vuelto un espacio dónde vivir y hacer vida, dónde muestran quiénes son y hacen reflejo de su cualidad comunicadora.


Dios es un Dios comunicador. Él, constantemente se está comunicando con nosotros. Nos habla, nos enseña, nos confronta a través del lenguaje y el discurso. Él mismo se ha comunicado y relacionado en la eternidad a través de la Trinidad, y cuando creó al ser humano, y nos hizo a su imagen y semejanza, nos dio como reflejo de Él la capacidad de comunicarnos y tener un lenguaje que nos permita tener relaciones profundas y significativas. En primer lugar con Él, y a la vez con los otros.


De hecho, es el lenguaje y los signos, lo que nos diferencia de los animales, lo que nos permite evolucionar, crear comunidades y cultura. Todo lo que conocemos hoy.


En la biblia, podemos ver que la primera manifestación de comunicación y lenguaje sucedió en la Trinidad, y no tan solo eso, sino que todo fue creado por medio del Verbo -Cristo-. Dios es un Dios comunicador.


Dios utiliza la comunicación para conectar con su creación. Es por esto que podemos ver a lo largo de las Escrituras, cómo Él utiliza diversas formas para comunicarse con su pueblo. Usa su voz, las revelaciones, imágenes, profecías, mandamientos, parábolas, sermones, epístolas y diversidad de escritos que hoy podemos llamar Santa Biblia. El lenguaje, como la comunicación, no solo permiten el conectar los unos con los otros, sino que hacen permanecer los sucesos en el tiempo.


Y esto se ha manifestado a lo largo de la historia. Yo soy periodista y me doy cuenta que innatamente he sido comunicadora toda mi vida. Me gusta hablar en público, suelo ser sociable, y tengo buena llegada a las personas. Me gusta escribir todo tipo de relatos, y me gusta comunicar a través de diversidad de plataformas. Comunicarme nunca ha sido un problema, por el contrario, lo disfruto, es mi zona de confort. Pero cuando llegaron las RRSS, en un principio para mi era tan solo un espacio más donde comencé a compartir mis historias, mis relatos, mis pensamientos, y de repente la agente se empezó a sentir identificada y mi comunidad empezó a crecer exponencialmente. Sin embargo, esa clase de exposición siempre conlleva consecuencias, y es por esto que de alguna u otra forma llegué a ver lo bueno y lo malo de las RRSS.


Las redes sociales son una extensión de nuestra vida, pero no nuestra vida, pasamos tiempo ahí, pero hay más allá que las fotos bonitas de Instagram, los videos chistosos de tiktok, o las caras bonitas de Tinder.

Todo tiene su equilibro


Es verdad que IG y Tiktok tienen este enfoque de mantenerte en la red social, sin embargo, decir que estas nos controlan completamente casi como si fueras muñecos, no tiene sentido. Somos seres humanos con criterio y voluntad, podemos/debemos decidir qué entra a nuestra cabeza, y qué cosas nos bendicen o no.


De hecho, en la palabra, el Señor nos habla del don del dominio propio, y nos invita a ejercitarlo. Según Alfonso Ropero (“Templanza”, Gran diccionario enciclopédico de la Biblia) el dominio propio implica que «la templanza tiene como finalidad mantener en equilibrio todos los afectos y deseos de la vida» de manera que el creyente honre a Dios en todas las áreas de su vida.


Vivir en equilibrio es la clave para vivir las RRSS. Por ejemplo, si la red social te hace mal, sálete, no debes ser negligente con eso, realmente sal, y ejercita tu dominio propio y tu criterio cristiano al reconocer que la tentación es más grande que tú y que es mejor salir completamente de ahí. Pero, si la verdad la red social no representa una lucha para ti, y crees poder vivir en equilibrio ahí, quédate con la conciencia de los peligros y buscando glorificar al Señor con tu uso.


En la vida nos enfrentaremos constantemente a tentaciones, pero debemos resistirlas. Cuando eres hijo e hija de Dios, el Espíritu Santo te otorga dominio propio, y te enseña a vivir en equilibrio con todos los afectos y deseos de la vida. No podemos decir “está mal estar en RRSS porque la red social te agarra y no te suelta” casi como si no tuviéramos voluntad, debemos aprender a tener dominio propio y decir que no cuando vemos que pasamos mucho tiempo en el teléfono o en RRSS, o cuando usamos el teléfono más del tiempo del que buscamos al Señor, o cuando alimentamos más nuestras relaciones por RRSS que en persona.


En mi caso, la paso bien en RRSS, me gusta compartir reflexiones, escuchar a los otros, subir videos de mi ropa, y varias cosas más. Sin embargo, eso no significa que mi identidad se valida en la respuesta o en la apreciación de la gente. Pero esa soy yo, y la realidad de cada uno es muy distinta a la de otros. A lo mejor tú luchas con la aprobación, comparación, o con la adicción al contenido, y es por esto, que si este es tu caso, toma decisiones drástica, cuida tu corazón y sé honesto contigo mismo.


El Señor nos invita a vivir en equilibro (1 Corintios 10:23), y entendemos que en este mundo todo nos es lícito, pero debemos aprender a escudriñar qué es lo que nos conviene. Las RRSS son una nueva realidad, y son parte de nuestra cultura actual, y si bien el Señor nos invita a no adaptarnos a este mundo, seguimos viviendo en este mundo, por lo que abstraernos completamente tampoco es una opción. Es como cuando la gente te decía “no puedes compartir con el mundo porque te vas a contaminar y ellos te van a contagiar sus prácticas” pero no… el Señor nos invita a vivir vidas para su gloria, y eso significa enfrentar desafíos y tentaciones y elegir a Cristo cada día. Si viviéramos en una burbuja no podríamos iluminar la vida de otros con la luz de Cristo. En todas partes debemos ser un pequeño Cristo, en lo online y en lo offline.


El medio digital es un espacio más en el que vivimos y hacemos vida, y ahí también debemos ser luz y mostrar a Cristo. Esta nueva realidad tiene los mismos peligros que la vida real: enfocarnos en nosotros mismos y en nuestros placeres y olvidar al Señor. Y como en lo offline, siempre es importante reconocer nuestros pecados, y buscar el perdón del Señor.


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